1. La Isleta del Moro
La Isleta del Moro, posíblemente el pueblo con más encanto de Cabo de Gata, conserva la autenticidad de una aldea de pescadores. Muy rústica, sus casas blancas se asoman a la roca que da nombre al pueblo. Junto al muelle se apilan las barcas para protegerse del levante. El azul del mar se funde con el del cielo y rodeada por palmerales.
2. Agua Amarga
Agua Amarga es otro pueblo pesquero que también tuvo un importante pasado minero. Un tren traía mineral hasta el cargadero metálico que se adentraba en el mar para llenar los grandes cargueros. Sus típicas casas blancas con ventanas de azulete, se agolpan hacia la playa, ensenada protegida del levante. Muy cerca quedan las calas de El Plomo o Enmedio a poniente y Los Muertos a levante.
3. Las Negras
Las Negras no es un pueblo de paso. Esa carretera solo la tomas si vas a Las Negras, si vas al pueblo con más vida joven y hippie del Cabo de Gata. Una aldea marinera tradicional flanqueada a levante por el Cerro Negro, una montaña teñida de roca volcánica donde se puede apreciar dibujada la silueta de una cara. Desde Las Negras caminando o en barca se puede acceder a la famosa Cala de San Pedro, un rincón único en toda la costa. Historias y leyendas lo hacen la capital de la Costa de los Piratas.
4. Rodalquilar
Rodalquilar, famosa aldea por sus minas de oro, actualmente no se explotan. Abandonado queda el antiguo poblado minero. Lo nuevo se presenta con casitas bajas blancas y calles peatonales, muy tranquilo. Camino a las minas, nos encontramos con los restos de la industria del oro. Si continuamos, llegamos al lorquiano Cortijo del Fraile. Valle abajo nos encontramos con la Torre de los Alumbres, baluarte defensivo, al igual que el Castillo de San Ramón en El Playazo.