Nos encontramos con una tortuga boba en una de nuestras rutas en kayak por Cabo de Gata. El programa de restauración de la anidación de la tortuga boba (caretta caretta) en estas playas protegidas de la provincia de Almería persigue que esta especie –catalogada como en peligro de extinción en el Libro Rojo de los Vertebrados Amenazados de Andalucía– nidifique de forma permanente en la costa peninsular española, convirtiéndose así en un activo ecológico de primer orden que incorporar al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar”.

Sus playas fueron calificadas como las más idóneas en el trabajo de prospectiva inicial de este programa, lo cual confirma la alta calidad ambiental de este tramo del ecosistema litoral andaluz.

Este programa, que ya ha conseguido que nazcan más de 600 tortugas en la provincia de Almería durante los últimos tres años, responde a una iniciativa surgida en 2007 a raíz del acuerdo entre la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), y que se nutre de huevos de tortuga procedentes de Cabo Verde.

El caparazón de esta especie puede llegar a alcanzar más de un metro de longitud y su hábitat se distribuye en aguas tropicales y subtropicales de todos los océanos. A lo largo de su vida realiza grandes migraciones en las que recorre de una a otra costa el Atlántico y el Mediterráneo, retornando año tras año a las mismas áreas de alimentación tras las migraciones reproductoras.

El objetivo

Las tortugas que han nacido, y las que lo hagan durante los próximos días, serán enviadas al Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras, donde permanecerán un año aproximadamente. Según Sonia Rodríguez, “de esta manera se logra que los ejemplares alcancen un tamaño adecuado y endurezcan su caparazón, con lo que se garantiza una mayor tasa de supervivencia ante sus predadores naturales”. El objetivo que se persigue, en definitiva, es que las tortugas vuelvan a este mismo entorno para desovar cuando alcancen la madurez sexual, dentro de 15 ó 20 años, con lo que se contribuye a fijar en la costa almeriense una población estable de esta especie amenazada.

De forma paralela, coincidiendo con la traslocación de huevos y las liberaciones de juveniles, la Consejería de Medio Ambiente ha desarrollado y financiado diversos programas de educación y voluntariado ambiental dirigidos a informar y sensibilizar sobre los problemas de supervivencia a los que se enfrenta la especie. Estas iniciativas van destinadas tanto a las poblaciones rurales de playas donantes de huevos de Cabo Verde como a la población local y turística de las playas receptoras del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.